El refugio de montaña gestionado más antiguo de Zermatt acompañó los inicios del turismo y el alpinismo ya en 1850, cuando aún no se había escalado el Cervino y el Blatten era todavía una pequeña casa de té.

En las dos plantas del restaurante del pintoresco chalet de madera aún se perciben estos orígenes, y uno puede imaginarse cómo era la vida antepenúltimo siglo. Para muchos huéspedes, el almuerzo aquí fluye suavemente hacia el après-ski, y el bar de nieve con sus numerosas tumbonas es un lugar que invita a hacerlo. El ambiente sube con las horas, y cuando llega el momento de marcharse con los últimos rayos de sol, uno lo hace a regañadientes y con la firme intención de volver al día siguiente.

Los productos frescos para preparar con cariño nuestras comidas son esenciales. En verano, nuestros huertos nos ofrecen una gran cantidad de hierbas, ensaladas y verduras frescas y ecológicas.


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